Las decisiones importantes dependen de los pequeños detalles.
Los detalles muchas veces son tan imperceptibles como poderosos. A quién votamos (o si votamos), cuánto ahorramos, la frecuencia con la que hacemos ejercicio, ir (o no) al médico, vacunarnos, tomar esa pastilla diaria que nos puede salvar la vida. Todas son decisiones importantes y, a veces, de vida o muerte. Y, aunque no nos demos cuenta, dependen de pequeños detalles.
Los detalles importan y esa es una buena noticia, porque significa que lograr cambios de comportamiento puede ser más fácil -y menos costoso- de lo que pensábamos. Algo que se vuelve fundamental, no solo para nuestro bienestar individual, sino para el de nuestra comunidad y hasta el de nuestros países. Pero también es peligroso, porque significa que, si queremos tomar buenas decisiones, tenemos que prestar mucha más atención a las pequeñas sutilezas que inciden en cada paso que damos.
Esto es lo que hace la Economía del Comportamiento y es lo que vienen haciendo muchos expertos (incluidos los autores de este libro): identificar esos detalles y usarlos para mejorar la forma en que tomamos decisiones. La ciencia de los detalles no es solamente un libro científico. Lleva las enseñanzas de años de investigación a la vida real, del laboratorio a la pista de baile de las decisiones.